¿Alguna vez te has mordido la lengua por no decir un comentario absurdo? ¿Te han respondido "tutuplás" ante un chiste malo? ¿Todo lo que piensas tiene sentido en tu mente pero nadie parece entender cómo lo explicas? No te preocupes, es normal. Este blog está para todo lo que se te ocurre y no encaja en ninguna parte. Para todo lo que quieres decir... y nunca dices.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Lo que sucedió con Violet Havok

Violet levantó sus pestañas artificiales. Sus rizos rojos estaban algo deshechos. Su rostro seguía igual, y el resto de porcelana que dejaba ver, también. Excepto un dedito pulgar algo desportillado, fruto de todo aquel trajín que se traía Natalie.

- ¿Has visto, Violet? Se ve el cielo.

La había paseado por aquellas calles infinidad de veces. Natalie solía recoger su pelito rubio en una coleta alta, y cuando no la veían sus padres salía a la calle con sus puntas de ballet. Las desgastaba así, y ellos nunca se enteraban. Era una forma estupenda de conseguir unas nuevas y, además, lucir las que ya tenía. Las que llevaba ese día eran rojas, tan rojas como los labios de Violet, repasados con carmín de verdad.

Natalie era asombrosa. Aunque la había sacado de la juguetería, donde se oían risas lejanas en todo momento, también le había dado a Violet una vida nueva. Una casa, un montón de cestitas con vestidos, una cómoda cuna y un carrito de hierro forjado y mimbre en el que la sacaba a pasear a diario.

Sólo tenía que dejar que Natalie la quisiera. Ella había querido a todas sus muñecas cuando había sido humana. Levantó todo lo que pudo los ojos y miró hacia donde la niña le indicaba, dejando ver aquella sonrisa desdentada ("¡Sólo en dos huecos!") que tanto la avergonzaba.

Era cierto. Desde aquella ventana de piedra, sin cristal y sin paredes ni techo cerca, se veía el cielo.




Para Violet Havok (otra vez).

Quienes no sepan de qué va esta historia, aquí os dejo los antecedentes:

http://ojosgrises-lux.blogspot.com/2009/11/violet.html



2 comentarios:

Nat dijo...

:)

Tengo que confesar que cuando era pequeña se me cayeron los dos paletos a la vez. La cosa es que más que avergonzarme, me parecían muy graciosos. Y también tengo que confesar que me encantaba soplar por los huecos.

Cosas de la infancia, supongo.

Gracias de Violet :)

Liz Harker-Lux dijo...

Jajajajajajajajaj dioses, soplar por los huecos! Yo imagino que lo haría, pero a mí me gustaba más pasarme la lengua por la encía XD Anda que no costaba acostumbrarse a hablar...

Yo quiero que Violet esté contenta =)

(K)

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