¿Alguna vez te has mordido la lengua por no decir un comentario absurdo? ¿Te han respondido "tutuplás" ante un chiste malo? ¿Todo lo que piensas tiene sentido en tu mente pero nadie parece entender cómo lo explicas? No te preocupes, es normal. Este blog está para todo lo que se te ocurre y no encaja en ninguna parte. Para todo lo que quieres decir... y nunca dices.

domingo, 30 de mayo de 2010

El retorno de Irina

¡Qué más! ¿Qué más me puede pasar hoy? Yo te diré qué más. Esto de morirse es como en las pelis. Me veo a mí misma, como creo que ya he dicho. Oh, mierda. Ya sé qué más puede pasar. Mi gato se ha acercado mucho a mi cadáver. Se está rascando la espalda contra mi pantorrilla y creo que no es lo único que piensa hacer.
- ¡Lucifer! – exclamo. Pero es un gatito pequeño, aún no sabe hacer caso. Por no mencionar que no puede oírme. Aún así, parece que gritarle desde mi nueva condición de muerta reconforta - ¡Lucifer, maldito gato negro del infierno!
Sí, parece obvio que hablo como un personaje sacado de alguna de las nuevas series americanas. ¿Veis? La cosa venía desde hace ya, mucho antes de morirme.
No creáis que morir es un trauma. No me preocupa en absoluto, si la cosa va a seguir así (imaginemos que no estoy arrinconada junto a la mesita del teléfono, balanceándome). Hombre, no me harán caso; pero podré entrar gratis en todas partes, viajar, ver lo que quiera y hacer miles de cosas peligrosas sin miedo a morir porque ya he muerto. Creo que haré una lista mental en algún momento con todas las cosas para las que morir resulta práctico. Intentar hacerla en papel sería un auténtico fracaso. ¡Eh! ¿Podré cruzar paredes?
- ¡Lucifer! – os dije que haría algo más, ¿no? Bien, pues se ha subido a mi abdomen (forma fina de decir tripa) y se ha hecho una bolita. No creo que los de CSI pudieran ya ser capaces de levantarlo de ahí sin que hubiera algún otro cadáver. Pero la culpa es mía, ¿a quién se le ocurre tener un gato negro y llamarlo Lucifer?
Entonces oigo que llaman al timbre. Llaman una, y otra, y otra vez. No sé quién puede ser, pero, ¡vaya! Parece que estoy indispuesta y no puedo abrir. Me pregunto por qué no se podrá cobrar el paro. Al fin y al cabo, me siento igual que cuando estaba viva. Excepto por lo de atravesar cosas y eso, pero nadie es perfecto.
Ahora que lo pienso, tampoco voy a tener que pagar la letra del piso, ni todas las cosas que estoy pagando a plazos. Me gusta la idea. El único problema es decírselo a mi madre sin que le dé un patatús, pero ya encontraré alguna forma. Voy a ver si puedo atravesar paredes.
Me levanto y voy (caminando pero flotando a la vez, me da un poco de vértigo) hacia la puerta del piso. Sin intentar abrir, salgo cruzando la puerta. Huy, esto es raro. Es una sensación un tanto molesta la de atravesar paredes, como si tuvieras miles de minibichitos por todo el cuerpo. Supongo que son moléculas que se mueven, o algo así. Como en el capítulo de Phineas y Ferb en el que crean un aparato separador de moléculas. Sí, exactamente como eso.
Imaginad a quién me encuentro.
Venga.
Imaginad.
Veeeeenga.
¿Alguna idea?
¿Eh, eh, eh?
¡Sí!
A Josh. Josh es el pseudo-diminutivo de Joshua. Lo llamo Josh porque Joshua me suena a Los Morancos y como que me tira un poco para atrás, pero tal vez ahora que es mi ex y no mi novio llamarle Joshua sea lo correcto. Por aquello de dejarlo un poco mal.
- ¡Joshua! Fuera de mi casa. Déjame morir con dignidad.
- ¿Irina?
Eh, tal vez me esté oyendo.
- ¿Joshua? – digo un poco más alto. Pero no, no reacciona.
Él saca de su bolsillo la llave de mi piso. La tiene desde hace unos meses, pero si hemos roto no sé qué hace entrando en mi casa con ella. Abre la puerta y pasa como si nada, así, sin más. Tiene la cara más larga que…
- He venido a devolverte la llave – ah, vale. ¡Todo cuadra ante mis ojos!
- Pues me alegro, chato. No me apetece que tengas acceso libre a mi casa ahora que ya no…
- ¡Irina! – grita de pronto. Acaba de descubrir mi cadáver. Seguro que está pensando en la perfección de mi piel blanquecina por el abrazo de la solemne muerte. En lo marcados que tengo los pómulos, la firmeza de mis rasgos, o algo así. Sé que le resultaba atractiva – Mierda, Lucifer, ¡aparta de ahí!
Esto no puede ser más humillante.
- A ver, ¿te importa dejarme descansar en paz? Dios, no llevo ni una hora muerta y ya me están dando por saco.
- Irina, ¿me oyes? – se ha agachado junto a mi cuerpo y me ha puesto la mano en el cuello.
- Claro que te oigo, imbécil. Pero me voy de aquí. No quiero ver cómo todo el mundo llega, me ve, se espanta, se viste de negro y va a velarme y cosas así. ¡Se me olvidó contarle a nadie mi idea de ser incinerada! Ahora todos los años alguien irá a visitar mi tumba y me hará levantarme de mi hamaca translúcida del Caribe para atender unas cuantas palabras de compasión. ¡Por qué no te habrás ido a Gandía aún!
Sin decir ni media, cojo la puerta y me voy. Bueno, todo esto en sentido figurado. Quería salir por la ventana pero tengo cierto vértigo y esto de ser un ente invisible no me hace pasar menos vergüenza a la hora de pegar grititos absurdos.

Adiós, querido…


lunes, 24 de mayo de 2010

La "chica blog"

Hace eones que no escribo y me está costando acordarme. Pero bueno, después de un finde un tanto surrealista y unos días curiosos, creo que he llegado a la conclusión de que tengo que describir a la "chica blog", como me llamó la señorita Irene ^^

- La chica blog es morena. Se pone faldas, le gustan las faldas, sufre con la mayoría de los calzados con los que todo el mundo va súper a gusto,puede ir (tirando a) gótica un día, y al día siguiente ir con pantalones de 40 cm de ancho, o llevar un rollo más "chic", como dicen algunas, y sentirse divina. ¡Y lo mejor es que le encanta hacerlo!

- La chica blog disfruta haciendo tonterías como reírse de muchas de las cosas que hacen las treceañeras de ahora, sabiendo que tiene suerte porque cuando ella tuvo 13 años nadie le ofreció un Tuenti para subir cursifotos con mensajes como "Sois mi vida" y "ooOs Quiieroo".

- La chica blog ama Peggy Sue's y los cafés irlandeses. Le encanta el Korrigan, especialmente (uno que hay en su pueblo) y odia que se le olvide ir a mirar si le ha tocado un viaje a Irlanda...

- La chica blog se ha dado cuenta de que las obras o redecoraciones hogariles se llevan mejor cuando eres pequeño que cuando creces. Sobre todo si pasas el último mes de curso (ese taaaan fabuloso) con toda la casa manga por hombro, sin tener (los primeros días) un baño disponible. Gracias a quienes le dejaron sus baños.

- La chica blog se llama de muchas maneras pero right here, right now, vamos a llamarla Liz porque lo otro es demasiado largo.

- Liz está preocupada por alguien a quien no quiere llamar por miedo a despertarlo/a de un sueño que probablemente le haya costado coger :(

- Liz echa de menos a Yaiza cuando deja de saber de ella durante más de 24 horas. Tiene cierta dependencia, lo reconoce.

- Liz no soporta determinados comportamientos al igual que comprende que ella misma a veces resulta insoportable. Le gustaría llegar a acuerdos, pero siempre le da miedo empeorar las cosas. Odia medir sus pasos y no poder correr cuando quiere, aunque sabemos que es tan vaga que ¿correr? Eso casi ni para cuando se le escapa el bus.

- Liz quiere multiplicar 10 euros por mucho en Las Vegas cuando vaya.

- Liz ooodia con todas sus fuerzas estar bloqueada cuando quiere escribir y sabe sobre qué. Le toca las narices, bastante. Pero es una mala racha, se le pasará.

- Liz intentará subir pronto otro capítulo de Irina.

- Liz quiere hacerse extensiones otra vez, pero hasta octubre por lo menos...

domingo, 9 de mayo de 2010

Sin título II

Me apetece soñar y dejar de lado, una vez más, las obligaciones. ¡Un batido de chocolate! ¡Una muñeca alegre! Dos manos que se entrelazan de camino al metro, gente que mira extrañada. Me gustaría tener el control del tiempo y poder retroceder cuando quisiera, hacer cosas, hacerlas mejor o simplemente no hacerlas.

En China el tiempo se mide por generaciones y estirpes. En el mundo occidental,todos lo medimos en años, días, fechas concretas.

Mi sueño de poder manejar el tiempo a mi antojo está pillado ya. Alguien lo soñó primero. Incluso se han escrito libros, películas, capítulos de Los Simpson… seguro que está registrado.Claro que siempre me queda la opción de soñar con conejitos de colores que lo invadan todo, o con ver el atardecer desde un parque junto al foso de un castillo, o con hacer urbanizaciones de iglúes. O cómo hacerle un foso (que no fosa, ¿eh?) común a varios iglúes en pleno polígono industrial. Pero no serviría de mucho puesto que los esquimales no viven en iglús.

Supongo que si cambio el sueño de manejar el tiempo a lo occidental por cambiar el tiempo a lo chino, tal vez lo consiga. Pero no creo que volver a otra generación sea lo que mejor me venga.

Si no encuentras un cómo, busca otro cómo. Y si tampoco lo encuentras, busca un porqué. Y después, otro cómo. Y si eso no funciona… chico, tienes un problema. A mí suele irme bien.

***

Esta entrada la escribí hace siglos y aún no la había publicado en ninguna parte. No dice nada en especial, realmente, ni pega mucho con el blog, pero ese último párrafo me ha hecho replantearme cosas. Espero que a alguien más le haya sido mínimamente útil.