¿Alguna vez te has mordido la lengua por no decir un comentario absurdo? ¿Te han respondido "tutuplás" ante un chiste malo? ¿Todo lo que piensas tiene sentido en tu mente pero nadie parece entender cómo lo explicas? No te preocupes, es normal. Este blog está para todo lo que se te ocurre y no encaja en ninguna parte. Para todo lo que quieres decir... y nunca dices.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Seis meses

- ¿Sabes lo que haces cuando te enfadas? - dijiste, a punto de darle una calada a un cigarro del paquete que habíamos bajado a comprar. Esperé, expectante - ¡Escribes!

Casi podría jurar que me hiciste sonreír. Y fue una de las últimas veces que recuerdo haber estado completamente bien en estos seis meses.

Bueno, mejor dicho, cinco meses. Sí, cinco. Octubre tuvo un par de días fatídicos y una noche de la que no me atrevo a hablar. Pero, aunque quizá sea pronto para cantar victoria, lo cierto es que debajo del nivel al que llegué creo que no hay nada. Y ahora lo pienso fríamente y me doy cuenta de mi absurda pretensión de ser alguien para ti, cuando ¡qué cojones! Nadie debería intentar importarle a alguien. Eso es algo que sucede o no sucede, sin más. No soy quién para juzgar, pero tampoco para ser juzgada; precisamente por ello, he decidido ignorar todas las dudas que tengo acerca de esta situación. Sólo necesito tiempo y volver a ser yo. Esa yo que tú describiste un día, fuerte y con capacidad de aguante (por odiosa que pueda ser esta "cualidad" a veces). Esa yo que da saltitos cuando ve un conjunto de guantes y gorro rosas, como si tuviera ocho años.

Poco más queda por decir sobre octubre. Tras esa noche, llegó el pre concierto. Y el concierto, y el post concierto (momento en el que aún me encuentro). Parecerá una tontería, pero el día 14 de octubre ha marcado un antes y un después. O eso creo, por ahora. También llegó mi cumpleaños, y lo afirmo con orgullo. Yo me entiendo.

Llevé una tiara toda la noche. Neko me miró repetidas veces el escote y me dedicó una entrada en flog además de llamarme en pleno ajetreo matutino, con sobrinos incluídos. Bailamos en mitad de la zona del fondo del Oasis porque "en el pasillo no se nos veía bien", Iszita rompió un vaso y Violet se descojonó cuando yo saqué una pajita rosa de mi sujetador. Casi me caigo del taburete intentando acercarme a mi bebida. Lu le dijo al camarero de la Brújula que era mi cumpleaños y él me gritó "¡felicidades, princesa!". Juanma me mandó un correo con título preocupante en el que adjuntó una felicitación. Le di un beso a un tío porque le vi sacar Black Devil y me dio uno. El dj nos guardó los abrigos. Bailamos en la "barra". ¡Me atreví a decirle al camarero que se parecía a David Boreanaz! Y luego, con la luz, se me cayó el mito. Me encontré con Nin, una compañera de campamento, en el baño. Iszita se reencontró con su antiguo compañero de piso. Violet salió airosa de una situación potencialmente peligrosa en los baños de un local nuevo.

Y sobre el Apocalyptica... bueno, creo que le dedicaré una entrada aparte en algún momento =)

Así que sólo puedo dar las gracias. A todos, pero en especial a Violet (por el colgante, por los talleres, por ayudarme a inventar la salsa de queso azul, por los paseos por el retiro y por los cuatro fantásticos). Ya se lo he dicho varias veces en persona, pero creo que no sabe la importancia que ha tenido su dedicación. ¡Me siento cuidada! (L)

**************************************************************************

Ahora, por favor, necesito decir palabrotas para quitarme de la cabeza toda esta pastelosidad.
¡Hijos de puta infinitos!

Lilith